sábado, 28 de febrero de 2009

Tiempo


Tiempo, tiempo, palabra añorada por muchos despreciada por otros tantos. ¿Quién te conoce?, ¿Quién te controla? Solamente tú pasas por nosotros y nosotros también pasamos por ti y en tus años dejamos grabados miles de pensamientos, recuerdos, sueños, esperanzas, en fin.

Los tiempos, poco o mucho, más de lo normal no lo sabemos, solo estamos seguros que es un tiempo limitado y dependiendo de éste llegar al ilimitado; pero por qué no verlo como momentos que solo quedan el recuerdo de la mente y del corazón que serán a partir de ello un pasado, que ayudará al presente y al futuro y que, sin lugar a dudas, vivirá ahí.

Una misteriosa verdad, que no deja de crear dudas, de tenerle miedo, ya que, pasa muy rápido y deja grandes repercusiones en un mundo y en la historia personal de muchos. Quizás la mejor clave es vivirlo y dejar que las cosas lleven un ritmo normal, pero con nuestro toque le pone su impresión, la cual perdurará. Que el tiempo sea tú amigo.

Un homenaje


Una nueva esperanza, una nueva ilusión, un nuevo empujón; para seguir, para continuar en el camino.

En el transcurso de la vida, los problemas son innatos a la vida y con seguridad la vida no sería vida sin los problemas, pero se puden superar o por lo menos dejarlos a un lado.


Sin embargo, no quiero hablar de los problemas, sino de la alegría de poder superarlos y, para ello, es indispensable la ayuda de las personas que con certeza están ahí animándote a seguir y a no desafallecer; pero en especial a uno a quien le agradezco infinitamente y para ser más obvios mi único seguidor de este blog, lógicamnete persona puesta en el camino de la vida por Dios quien escoge buenos hombres para hacer su voluntad.


A mi único y primer seguidor del blog, pero seguidor en lo que escribo, porque en la vida real los papeles se invierten . No sé que decirle, mis palabras quedan cortas.Solo escribo estas cortas palabras en homenaje a un hermano que me acompaña, a un hermano que el buen Dios ha puesto en mi vida. y, por si algo, disculpe, pero en esta oportunidad me llevan los sentimientos y no mucho la razón. Gracias.

sábado, 21 de febrero de 2009


En muchas ocasiones, perece que las fuerzas faltan, que la energía ya no es la misma, y se comienza a entrar en la rutina del aburrimiento y del cansancio; que difícil es poder seguir cuando pensamos que las fuerzas no nos dan.

Que difícil es seguir, cuando nos encontramos con millones de cosas con las cuales no estamos de acuerdo, que difícil es seguir cundo no te comprenden, sino, únicamente, juzgan. Pero, en este panorama que parece tan aterrador, nace una nueva luz, una nueva esperanza; la esperanza dada por el Señor, surgen nuevas fuerzas para continuar luchando por lo que se ama y por lo sueños… que difícil puede resultar todo cunado no se tiene a Dios en el corazón; solo pido a Dios que: “No me abandones, Señor. Dios nuestro”

"La mejor parte"


Una densa nube, con un suave y delicioso olor, adoraba al Señor, a él puesto en el altar como pan que se parte y se da a todos.
Una densa nube, con suave olor; me transportaba a mis más profundo sueños, a aquello que siempre he pensado para mi futuro; un futuro que no es para nada incierto, solo que se va construyendo poco a poco; y mientras pensaba eso, mis mente y mi cuerpo volvieron al reclinatorio donde me encontraba arrodillado y desde allí comprendí que la única manera para lograr cumplir lo que se propone es estar a los pies del maestro.

Pero, que difícil resulta ello, ya que, en muchas oportunidades uno se cansa de escuchar, de quedarse arrodillado, de quedarse en la contemplación o de quedarse en los pies del maestro. Solo espero que el buen Dios, me diga que “he escogido la mejor parte”.

viernes, 13 de febrero de 2009

Silencio y soledad

En uno de los templos parroquiales, de Bogotá, en una de esas sacristías, estaba escrita la siguiente frase, la cual se leía apenas se ingresaba a este lugar y dice así: “Aprovecha el silencio y la soledad para ser dueño de ti mismo”; no recuerdo el nombre del autor y creo que es anónima, pero ello no nos interesa en este momento, nos interesa más lo que dice la frase,

¿Qué es el silencio?, una excelente pregunta para aquel que quiere aprender a hacerlo; yo lo definiría algo así: momento en el cual nos transportamos de esta realidad, a otra donde solo se encuentra tú y el creador de lo existente, Dios. Lo más seguro es que mi definición quede algo pobre, sin embargo la he descubierto así, especialmente en los momento en los cuales quiero mirar mi realidad desde otra perspectiva; pero surge un pequeño problema y es que cuando estamos en un profundo silencio reflexivo y meditativo, siempre, particularmente, vendrán a nuestra mente imágenes o canciones que nos harán devolver de inmediato a la realidad que abandonamos por un instante.

De lo anterior surge la siguiente pregunta: ¿Cómo hacer un profundo silencio? Con el fin de que no sea un momento, sino una larga estadía; pues, no he descubierto una respuesta total, pero sé que empezaría por aprender a escuchar y así callar para poder hacer silencio donde alguien más nos hablará, es toda una dinámica.

Dejemos hasta ahí lo del silencio, la pregunta se refiere ahora a: ¿Qué es la soledad?, yo no la entiendo como el sencillo hecho de estar solo, hablando físicamente; lo veo más como un momento privilegiado para aprender a hacer silencio, como si fuera un desierto en lo cual solo se pude escuchar la puesta del sol o la brisa que sacude la arena y que allí pueda suceder lo del profeta Elías quien en una brisa de viento descubrió la presencia de Dios, quien transforma nos conoce y nos da las herramientas para ser más dueños de nosotros mismos.

sábado, 7 de febrero de 2009

Dos manos


Dos manos que se unen,
dos fuerzas que entran a jugar;
una de ellas haciendo más fuerza
para que el otro no caiga.

Uno estira la mano para sujetar al otro,
el otro toma la decisión de tomarlo fuerte,
uno lo ayuda subir poco a poco
y al llegar se dan un fuerte abrazo;
porque el otro esta salvo.

Dos manos que dan una nueva oportunidad de vivir,
dos brazos que se unen para renovar una esperanza.
Señor, gracias por siempre estirar tu mano,
gracias por quererme tener a tu lado
gracias Señor

jueves, 5 de febrero de 2009

No tengaís miedo


“No tengáis miedo”, esta es una de las frases que resuena constantemente en los evangelios, especialmente en los pasaje bíblicos que se refieren al llamado o a situaciones muy particulares que vivían los doce apóstoles con Jesús.

Juan Pablo II, en su pontificado, también hacía varias alusiones a esta frase, especialmente cuando se dirigía los jóvenes; a no tener miedo a abrir las puertas y la vida al Señor. Jesús decía esta frase en todos aquellos momentos en los cuales, sus apóstoles se habían olvidado de que él estaba con ellos; seguramente en nuestras vidas y, en muchas ocasiones, hemos olvidado que el Señor esta con nosotros bendiciéndonos y acompañándonos, que no nos deja solos.

En nuestra vida cotidiana, sentimos temores y sustos por muchas cosas, por ejemplo, por nuevos retos, por momentos en los cuales uno se siente solo y simplemente se pregunta el por qué de todas aquellas situaciones, cuando uno cree que no puede, cuando las cosas nos salen bien, cuando llega la duda, en fin; además, muchos tenemos la particularidad de mirar el pasado con miras a cambiarlo cuando ya no se puede, solamente nos queda el presente y partir de este para construir el futuro, que nos es incierto, cada uno sabe que es lo que ha construido para ello.

Pero, la esperanza no defrauda, en los momentos más oscuros siempre esta la mano de aquel hermano, amigo, que la extiende para levantarte, que ante las tristezas y las alegrías siempre esta ahí contigo, personas que Dios ha puesto en nuestro camino y de las cuales se vale, él ,para decirnos que no hay nada de que temer.

Aunque, en muchas ocasiones a lo que le tenemos miedo, alo que nos asusta y a lo cual solo le encontramos una solución y es arrodillarnos ante el Señor, solamente para pedirle más fuerzas, pero también para agradecerle desde el corazón por aquellos que él mismo ha puesto en el camino.

Cuando escribía todo esto, solo quedaba admirado de la grandeza de Dios, que aunque los miedos estén ahí, él también esta ahí, llamando un domingo para ver como estás y desearte suerte en esa nueva semana.