En muchas ocasiones, perece que las fuerzas faltan, que la energía ya no es la misma, y se comienza a entrar en la rutina del aburrimiento y del cansancio; que difícil es poder seguir cuando pensamos que las fuerzas no nos dan.
Que difícil es seguir, cuando nos encontramos con millones de cosas con las cuales no estamos de acuerdo, que difícil es seguir cundo no te comprenden, sino, únicamente, juzgan. Pero, en este panorama que parece tan aterrador, nace una nueva luz, una nueva esperanza; la esperanza dada por el Señor, surgen nuevas fuerzas para continuar luchando por lo que se ama y por lo sueños… que difícil puede resultar todo cunado no se tiene a Dios en el corazón; solo pido a Dios que: “No me abandones, Señor. Dios nuestro”
Que difícil es seguir, cuando nos encontramos con millones de cosas con las cuales no estamos de acuerdo, que difícil es seguir cundo no te comprenden, sino, únicamente, juzgan. Pero, en este panorama que parece tan aterrador, nace una nueva luz, una nueva esperanza; la esperanza dada por el Señor, surgen nuevas fuerzas para continuar luchando por lo que se ama y por lo sueños… que difícil puede resultar todo cunado no se tiene a Dios en el corazón; solo pido a Dios que: “No me abandones, Señor. Dios nuestro”
Calma, Calma, sólo digo: Calma, es importante tener claro que es lo que produce el cansancio y el desanimo, evitar hacer juicios en las realidades que nos rodean cuando uno se está sintiendo así, porque ususalmente todo se torna gris aunque no sea así en realidad... claridad para saber que no es el ideal el que se cansa, que la fe sigue intacta, que quizás sólo se trata de las mediaciones humanas, inevitables y necesarias, y que si lo que me perturba no tiene solución entonces mejor centrar mi atención en la oración y dejar ser a aquello sobre lo cual nada puedo hacer... ánimo, el camino es cansado pero no es eterno, y todo aquello que se anhela incluso lo que Otro nos pide, tiene un precio... estes donde estes, sentiras eso que sientes ahora, así que ora et labora... y acuerdese de Don Bosco y sus espinas...
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